Por: Carlos Eduardo Pedraza, Secretario del Comité de Integración Regional SALSA Bogotá – Cundinamarca.

Bogotá, 2 de Junio de 2020

En el mes de junio antes que una celebración como Día nacional del campesino para los colombianos, debe ser el reconocer que sus labores y aportes a la agricultura desde de las familias campesinas, comunitarias y étnicas por todo lo largo y ancho del territorio nacional, son fundamentales para garantizar, no solo el proveer alimentos, sino la permanencia de las culturas, las economías propias, la solidaridad, la soberanía y autonomía alimentarias. Las distintas formas de organización que han llevado a alcanzar visibilización e incidencia y protagonizar batallas para el logro de objetivos y estrategias que mantendrá su actuación y participación protagónica para las comunidades rurales y urbanas.

El pasar por estos históricos momentos, también los reafirman a campesinas y campesinos para fortalecer esa identidad y destacarles una vez más sus quehaceres con las culturas, la relación con la defensa, respeto por la naturaleza y biodiversidad, ya que son un conjunto de comunidades con relación directa a la producción agrícola y demás actividades y trabajos que le son propios para llevar el campo en su sentir.

Cobra mayor importancia y trascendencia su papel hoy, pues con la emergencia sanitaria a causa del COVID-19 han asumido los grandes desafíos produciendo y proveyendo toneladas y variedades de alimentos; asumir estos compromisos de manera autónoma y con la bandera de la solución alternativa desde los mercados alternativos para suministrar a las familias consumidoras, y que requerían en sus inicios, solucionar esas necesidades de alimentos y demás productos, más aún, en medio de la crisis que atravesamos en el país. Por todo lo dicho y muchos otros reconocimientos que, por mencionar, estamos seguros faltan, es que el Comité de Salsa BC y sus organizaciones nos unimos para destacar y reafirmar sus papeles protagónicos de ellas y ellos, en este, y todos los otros tantos días para su reconocimiento y exaltación a esos miles de campesinas y campesinos al responder por el abastecimiento de alimentos y salir avante con la responsabilidad que la naturaleza les colocó y en medio de la magnitud de emergencia. Sentirnos orgullosas y orgullosos de que quienes hacen de la agricultura campesina, familiar, comunitaria y étnica, hombres y mujeres, que laboran y cultivan la tierra, en el día a día, y verdaderamente, también, aportan a construir la economía y el país que queremos y necesitamos, con una sociedad justa y equitativa.

Expresamos nuestro reconocimiento a campesinas y campesinos y a sus familias que hacen parte e integran sus organizaciones y contribuyen al fortalecimiento de los procesos en los cuales participamos en unidad y alianzas con muchas otras fuerzas y comunidades.

Los quehaceres y las luchas diarias y con sus aportes y protagonismo garantizamos la soberanía y autonomía alimentaria. Sabemos que llegarán esos soleados días y retomaremos los reencuentros del compartir solidario y colectivo, resignificar sus luchas celebrando en el buen vivir y contar garantía de las soluciones conquistadas.